domingo, 7 de abril de 2013

Érase una vez:

Un día soleado, un día nublado; los rayos del Sol, la brisa fría; cálido, frío; vida, muerte; una iglesia.

"Estoy nervioso, no puedo con esto... Respira, concentrate, debes de ponerte en pie. Vamos toma un trago mas, que cada sorbo sea un golpe de fuerza, que cada sorbo te sepa menos amargo y mas a valor... Que cada sorbo siempre sea el último."

Un hombre al lado de una iglesia, recargado contra una de las paredes, mirando al piso con una botella de whisky en manos... Reuniendo valor o lo mas parecido posible.

Me tiemblan las piernas... Creo que no puedo con esto, ella debe de estar mas nerviosa, esperándome en ese bello vestido, con esa bella sonrisa, debo de entrar ya... No quiero que parezca que la dejare plantada.

Me tiemblan las piernas... La boca me sabe amarga, nos volvemos a ver amor y estoy nervioso no te miento, se que me esperas con ese bello vestido tuyo, pero ya no con esa bella sonrisa de tantos ayeres, muchos amaneceres atras, debo de entrar ya... No quiero que parezca que la dejare plantada.

El hombre camina hacia la iglesia, tambaleándose, dando cada paso con mas seguridad en las piernas, pero cada vez menos en sus pensamientos.

Que pensarías si supieras como estoy por ti en estos momentos... Me pregunto como te verás, estoy seguro de que muy hermosa, siempre lo estás y hoy en este día tan especial... No puedo esperar, quiero correr, no, quiero volar hacia ti, tomarte en mis brazos y salir de aquí, de esta ciudad, de este planeta y ser tu y yo por siempre... 

Que pensarías si supieras como estoy por ti en estos momentos... Me pregunto como te veras, estoy seguro de que muy hermosa, siempre lo estuviste... Corrimos, volamos juntos, pero muy cerca del Sol, demasiado cerca... Esto, esto es mi culpa, lo sé... Quisiera tomarte en mis brazos como lo hice aquel dia, y llevarte de vuelta a cada recuerdo, a cada memoria de nosotros... Tu y yo por siempre...

El hombre sonrió y una lágrima cruzó su mejilla mientras subía los escalones de la iglesia, se paró justo en la puerta y miro el piso, paso toda su mirada por el hasta llegar al fondo... Donde sus ojos la encontraron.

No puedo ver tu rostro... Pero aún con el velo sé perfectamente que estas sonriendo, sé que me estas esperando como siempre lo has hecho y tambien sé que estas casi tan nerviosa como yo, pero no te preocupes, ya todo terminará pronto y seremos solo tu y yo.

No puedo ver tu rostro... El ataúd esta cerrado como lo ordené, sé que me estas esperando, siempre fuiste muy paciente, desde que fuimos novios hasta después de que nos casamos, siempre me esperaste en las noches, tratando de quedarte despierta para platicar un rato y casi siempre lo lograste, y cuando no; te enojabas porque no te despertaba, pero yo sé que hacia lo correcto... Ahora me arrepiento, me arrepiento de no haberte despertado, de no haber pasado 5 minutos mas contigo, de no haber estado ahí cuando me necesitabas, me arrepiento de haberte hecho esperar toda la vida y ahora incluso tras tu partida te hago esperar... Lo siento mucho querida, lo siento mi amor... Ahora seremos tu y yo, solo tu y yo.

El hombre se acercó al altar, la mujer apenas sintió las manos de el sobre ella le dijo: Te amo. Se casaron y, después de una vida, el volvió a esa iglesia: Se acercó al ataúd y cayó de rodillas frente a el... Y con su último aliento dijo:

"Yo también te amo."



-Fin.




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