martes, 30 de abril de 2013

Ella tenia 17 años; el tenia 22.
Ella tenía el cabello pintado de negro, lacio, largo hasta los hombres. El tenía el cabello corto, negro natural, despeinado y mal tratado. Los ojos de ella eran negros, un negro afilado que resplandecía con su sonrisa, el tenia ojos de color, un verde apagado, sin vida.

Su rostro era fino y bello, como su cuerpo, delgada, esbelta, pequeña, casi como una venada, con gracia al caminar. Siempre llevaba un gorro, de cualquier tipo, pero siempre llevaba uno puesto, se sentia segura consigo misma, su vestimento habitual siempre contenía unos jeans negros entubados y una blusa floja con algún grupo musical de moda; siempre usaba Converse, especialmente unos de color verde moho tipo bota, eran sus favoritos, muy usados por cierto. Nunca tuvo novios, pero si varios amores que se cansaron de esperar a que ella decidiera si era el correcto o no, ella no lo hacia por inseguridad, si no que le gustaba hacerlos esperar y, de cierto manera, le gustaba decepcionarlos. Siempre fue muy creativa, le gustaba hacer manualidades y usarlas, como camisas, pantalones, gorros, morrales, etc. Ese día llevaba puesta una camisa de Arctic Monkeys, unos jeans negros entubados, sus Converse y llevaba un morral sin marca que ella misma hizo con ayuda de muchos videos en Youtube, era un sábado cualquiera.

Su cara no tenia mucho chiste, las típicas características de "chico malo" o eso hacia pensar, siempre contando historias sobre alguna vida que no sucedió, usaba camisetas sin mangas, le gustaba mostrar sus tatuajes, los tenía en ambos brazos, iban desde sus hombros hasta sus codos: En el brazo derecho tenia cadenas entre cruzadas que en la parte de atras se podían observar como tenían atada a un águila por el cuello y una de sus alas. En el otro tenía una rosa cuyo tallo recorría desde su codo hasta 15 centímetros antes de llegar al hombro, donde se apreciaba el auge de la flor, los pétalos abiertos y rojos, un rojo de tinta vieja, un rojo apagado como el verde de sus ojos. Le gustaba usar lentes negros, no le gustaba que lo vieran a los ojos, sentía que creían que era lindo, y a el no le gustaba que lo llamaran así. Ese día llevaba puestos unos lentes negros, viejos, sucios y un poco chuecos; llevaba una camiseta sin mangas, negra, de un grupo de metal que ni si quiera conocía, pero le gustaba la imagen que tenía: un lobo enfurecido con los ojos en blanco y enseñando las fauces, dando la apariencia ya mencionada; la compro en un concierto la noche anterior. Sus jeans negros y rotos combinaban con todo lo demás, incluyendo sus vans negros, tambien rotos, que tenia desde hace años y que nunca usaba con calcetines. Su sábado tambien era bastante normal.

Ella salió de su casa, tomo el tren ligero, y camino por la acera hacia su destino, el cual era ir a una plaza o mas bien un parque bastante grande, en el cual sus amigos la estaban esperando. Se detuvo en una avenida, los autos pasaban ferozmente, pero entonces vio como un camión se detuvo del otro lado de la acera mucho antes que ella, y vio como un auto acelero para adelantarse al camión, pero estaba muy lejos y pensó que podría correr para ganarle, y eso hizo...

El salió de su casa la noche anterior, estuvo en casa de un amigo suyo fumando marihuana casi toda la noche y a la mañana siguiente decidió tomar el tren ligero hacia su casa, para esto tenía que cruzar un parque, en el cual vio a un grupo de jóvenes platicando, pensó en su superioridad ante ellos y siguió caminando hasta llegar a una avenida, observo como los autos pasaban a prisa y decidió esperar, pero entonces vio un camión de su lado de la acera mucho antes que el y supuso que nadie intentaría adelantarse a un camión. ¿Quien podría tener tanta prisa? Decidió correr para ver si llegaba al otro lado antes de que el ultimo pasajero subiera al camión, paro esto decidió quitarse los lentes, para evitar que se le cayeran.

Entonces lo observo, primero miro su camisa, después sus brazos, tatuados, y finalmente sus ojos en los cuales se perdio y al toparse con el... Se detuvo.

Y el la observo, desde su cintura, pasando por su estomago y después sus pechos, hasta llegar a sus ojos, sus hermosos ojos negros afilados... Y se detuvo.

Pero el automovil no se detuvo.

-Fin.

domingo, 7 de abril de 2013

Érase una vez:

Un día soleado, un día nublado; los rayos del Sol, la brisa fría; cálido, frío; vida, muerte; una iglesia.

"Estoy nervioso, no puedo con esto... Respira, concentrate, debes de ponerte en pie. Vamos toma un trago mas, que cada sorbo sea un golpe de fuerza, que cada sorbo te sepa menos amargo y mas a valor... Que cada sorbo siempre sea el último."

Un hombre al lado de una iglesia, recargado contra una de las paredes, mirando al piso con una botella de whisky en manos... Reuniendo valor o lo mas parecido posible.

Me tiemblan las piernas... Creo que no puedo con esto, ella debe de estar mas nerviosa, esperándome en ese bello vestido, con esa bella sonrisa, debo de entrar ya... No quiero que parezca que la dejare plantada.

Me tiemblan las piernas... La boca me sabe amarga, nos volvemos a ver amor y estoy nervioso no te miento, se que me esperas con ese bello vestido tuyo, pero ya no con esa bella sonrisa de tantos ayeres, muchos amaneceres atras, debo de entrar ya... No quiero que parezca que la dejare plantada.

El hombre camina hacia la iglesia, tambaleándose, dando cada paso con mas seguridad en las piernas, pero cada vez menos en sus pensamientos.

Que pensarías si supieras como estoy por ti en estos momentos... Me pregunto como te verás, estoy seguro de que muy hermosa, siempre lo estás y hoy en este día tan especial... No puedo esperar, quiero correr, no, quiero volar hacia ti, tomarte en mis brazos y salir de aquí, de esta ciudad, de este planeta y ser tu y yo por siempre... 

Que pensarías si supieras como estoy por ti en estos momentos... Me pregunto como te veras, estoy seguro de que muy hermosa, siempre lo estuviste... Corrimos, volamos juntos, pero muy cerca del Sol, demasiado cerca... Esto, esto es mi culpa, lo sé... Quisiera tomarte en mis brazos como lo hice aquel dia, y llevarte de vuelta a cada recuerdo, a cada memoria de nosotros... Tu y yo por siempre...

El hombre sonrió y una lágrima cruzó su mejilla mientras subía los escalones de la iglesia, se paró justo en la puerta y miro el piso, paso toda su mirada por el hasta llegar al fondo... Donde sus ojos la encontraron.

No puedo ver tu rostro... Pero aún con el velo sé perfectamente que estas sonriendo, sé que me estas esperando como siempre lo has hecho y tambien sé que estas casi tan nerviosa como yo, pero no te preocupes, ya todo terminará pronto y seremos solo tu y yo.

No puedo ver tu rostro... El ataúd esta cerrado como lo ordené, sé que me estas esperando, siempre fuiste muy paciente, desde que fuimos novios hasta después de que nos casamos, siempre me esperaste en las noches, tratando de quedarte despierta para platicar un rato y casi siempre lo lograste, y cuando no; te enojabas porque no te despertaba, pero yo sé que hacia lo correcto... Ahora me arrepiento, me arrepiento de no haberte despertado, de no haber pasado 5 minutos mas contigo, de no haber estado ahí cuando me necesitabas, me arrepiento de haberte hecho esperar toda la vida y ahora incluso tras tu partida te hago esperar... Lo siento mucho querida, lo siento mi amor... Ahora seremos tu y yo, solo tu y yo.

El hombre se acercó al altar, la mujer apenas sintió las manos de el sobre ella le dijo: Te amo. Se casaron y, después de una vida, el volvió a esa iglesia: Se acercó al ataúd y cayó de rodillas frente a el... Y con su último aliento dijo:

"Yo también te amo."



-Fin.